ANEXO:SEGUNDA TEMPORADA DE SIN SENOS SÍ HAY PARAÍSO

Nace Catalina chica 50 min Hilda Santana visita la tumba de su hijo y recibe una terrible noticia. Al dar a luz a una niña, decide llamarla como a su hija mayor. La Diabla delata a su esposo. Martina debe convencer a Catalina de que se opere los senos.

Sin senos sí hay paraíso

Algunas zonas del segundo piso del café son descubiertas, otras quedan al afectividad de la cafetería y apenas captan la mitad de la luz que las mesas de la terraza. Ese era el punto de encuentro con María Jimena Rojas, una mujer de 35 años que todavía no había conocido de frente, pero de la que me imaginaba, físicamente, todas las combinaciones posibles, aunque cuando llegó fue diferente a todo lo que había pensado. Vi que algunos carros entraron al parqueadero que colindaba con el restaurante: una camioneta gris, un Chevrolet blanco y enseguida, un carro bruno. Subí por las escaleras que daban apertura al OMA y llegué a otra puerta, empujé y la vi al fondo, parada en la banco que daba a la entrada de la terraza. Era un día bochornoso por lo que preferimos pedir una mesa afuera. Su vida no había sido un antes y un después de ese suceso, pero sí una persona después de Lucifer, o mejor, después de conocer a Jesucristo. Época una mujer sonriente, característica que pareciendo banal me causaría curiosidad después. Tenía puesta una camisa blanca, sobre la que reposaba un pequeño dije de gato plateado que colgaba de la cadena que rodeaba su cuello; sobre ella una camisa de jean abierta y encima una chaqueta de cuero; pantalón y tenis negros. Tan ligero nos sentamos, María Jimena sacó su celular, puso sus gafas sobre la mesa y comenzó a buscar poco en su bolso.

No se necesita ninguna razón para adorar. Pero primero tienen que entender que su vecino es, al final, gemelo que ellos, con los mismos problemas, las mismas preguntas. Porque me queda una vida por delante y necesito usarla de la mejor manera posible. Si él tiene que escoger, que lo haga pronto. En ese albur, lo espero.