HUMILLACIÓN ERÓTICA
Puedes cambiar el ancho antes de copiar y pegar el código. Éstos producen unos niveles de excitación y morbo que pueden llegar a alcanzar una intensidad increíble. Muchas veces lo que practicamos es dominación, pero lo llamamos de otra forma, como el atar a alguien, dar azotes o llevar las riendas del acto sexual. Realmente, dominar y ser sumiso no tiene por qué estar relacionado con los castigos ni el daño físico. Atar con una cuerda: algo tremendamente morboso es estar atado e incapacitado. Una posible idea es atar a tu pareja a la cama o a una superficie similar, solo de muñecas y flojito. También se puede hacer un striptease y, después de unas caricias, practicar sexo oral de un modo lento y suave. Simplemente, durante el lapso de tiempo pactado, aquel que haga el rol de esclavo debe obedecer sin rechistar las tareas que le sean encomendadas.
Spanking o cómo dar nalgadas y chicotazos sin destrozar un culo en el intento
Es gratuito, puede ser anónimo y contribuiréis a que todos nos comuniquemos mejor. Es el momento justo después de haber jugado, cuando hay que observar y satisfacer las necesidades físicas y emocionales de la pareja sumisa. Hay muchas formas de llevarlas a cabo en función de los juegos que se hayan practicado y de la persona en sí. Aparatos: cualquiera de los objetos que podemos usar para llevar a cabo juegos kinkster. Decencia, Chastity: negación sexual o negación del orgasmo mediante la privación de la estimulación o el acceso a la misma. Consentimiento, Consent: esencial para cualquier tipo de relación, en el globo kinkster se suelen se deben convenir los límites y reglas de cada una de las escenas sexuales de antemano. Las hay de muchos estilos e incluso existen cruces móviles que permiten girar al sumiso hasta ponerlo boca abajo.
Otras porque en su vida diaria ocupan puestos de responsabilidad y así encuentran un espacio de descarga de obligaciones. De identificación, aceptación y comunicación. Muchas mujeres tienen fantasías de sumisión, empero prefieren reprimir su sueño por alarma a ser juzgadas Pero este aberración no es nuevo en absoluto. Deje de una mujer que, con los ojos vendados, es trasladada por su amante a un castillo donde es utilizada como objeto sexual por un grupo de muchachos. Cuarenta años después, The New Yorker anunció por fin la autoría de la obra: Dominique Aury, una editora francesa que se inspiró en una fantasía sexual. Aury supo distinguir lo real de lo imaginario. James, el dominador acaba convirtiéndose en instrumento de placer del bienmandado y agota sus energías en pergeñar todo tipo de martirios eróticos. Ya un porcentaje muy alto asocia sus fantasías a situaciones de sumisión y dominación, prefieren reprimir su sueño por miedo a ser juzgadas.