EL CÁNCER EL SEXO Y EL CUERPO FEMENINO
In English Son demasiados los hombres que ignoran uno de los rituales clave de las buenas relaciones sexuales: un masaje sin prisa, juguetón y suave de cada pulgada cuadrada del cuerpo de la mujer —no solamente en las partes que normalmente llaman la atención del hombre—. No estoy diciendo que se deben ignorar los pechos, las nalgas y los genitales; todo lo contrario. La piel contiene dos tipos de nervios sensibles al tacto. Aquellos que conocemos mejor transmiten señales de dolor; los otros transmiten sensaciones de placer. Cuando un masaje suave excita los nervios del placer, el cuerpo libera hormonas que promueven la relajación y sensaciones de bienestar y apego emocional.
¡Y a los hombres les fascina dar nalgadas!
No, nunca. Esto es algo que los humanos pueden hacer pero otros mamíferos no, y no sabemos bien por qué. Nada de amarguras Sea por lo que sea, señala Linden, parece que estamos programados a evitar el sabor amargo. A medida que crecemos, a medida que vamos aprendiendo qué debemos comer y qué no, puede que nos empiecen a gustar algunas cosas amargas, aclara. Ocasionalmente, la genética juega un rol en nuestros gustos. Linden cita el ejemplo del culantro.
La respuesta parece muy evidente: porque es placentero, agradable y erótico. Ellas explican dónde lo prefieren. Te lo contamos Foto: iStock. Así que presta atención: saca todo su potencial a todas sus zonas erógenas.