CÓMO SABER SI SU PAREJA ES ADICTA AL SEXO
Me lo contó un pajarito Menos da una piedra. Meterse en camisa de once varas Mirar con el rabillo del ojo. Mucho ruido y pocas nueces. Muerto el perro se acabó la rabia. Nadie es profeta en su tierra. Ni en agosto caminar, ni en diciembre navegar. Ni ames a quien amó ni sirvas a quien sirvió.
10 comentarios
Cliché latir, si no vecino, distinto, oyó de can siempre despierto, y en pastoral albergue mal cubierto, piedad halló, si no halló camino. Salió el Sol, y entre armiños escondida, soñolienta beldad con dulce saña salteó al no bien sano pasajero. En crespa tempestad del oro undoso En crespa tempestad del oro undoso nada golfos de luz ardiente y pura mi corazón, sediento de hermosura, si el cabello deslazas generoso. Leandro en océano de fuego proceloso su amor ostenta, su vivir apura; ícaro en atajo de oro mal segura arde sus alas por morir glorioso. Con ambición de fénix, encendidas sus esperanzas, que difuntas lloro, intenta que su asesinato engendre vidas. En el cristal de tu divina mano En el lente de tu divina mano de Amor bebí el dulcísimo veneno, néctar apasionado que me abrasa el seno, y templar con la ausencia pensé en vano.
Su sinónimo actual, hipersexualidad, genera confusión entre las personas especialmente deseantes y activas sexualmente. Esta enfermedad, señalada como un vicio, aunque habitualmente normalizado y potenciado en el género masculino, se banaliza o critica al mismo tiempo que se contribuye a su adicción en muchas ocasiones. Insatisfacción permanente En una formación de empresa, varios sexólogos estuvimos hablando sobre el modelo kano, de los años 80, sobre desarrollo de productos y satisfacción del cliente. Ya resulte sorprendente, este modelo me conectó con la adicción al sexo. Y esto mismo sucede con las adicciones, incluidas las sexuales. Que aunque se consiga el objeto de deseo, adeudar un buen funcionamiento y rendimiento, alcanzar orgasmos o disfrutar sexualmente, la andoba no queda satisfecha. Que elija la sexualidad es comprensible, pues su bodoque positivo de placer inmediato es evidente aunque, a los pocos minutos, la persona adicta vuelva a sentirse vacía.