ÉTICA A NICÓMACO: LIBRO 8
Y el rico tiene necesidad del pobre para que le haga sus haciendas, y el pobre del rico para que le mantenga y le dé en qué ganar la vida. De manera que esta nuestra vida es una manera de feria en que, dando y recibiendo, se conserva la humana compañía. Después propone las cosas que suelen disputar del amistad, de las cuales unas desecha, como cosas curiosas y ajenas de la disciplina moral, y otras propone de tratar, como anexas a la disputa presente, y necesarias. Tras desto se sigue el haber de tratar de la amistad. Porque cuanto mayor es, tanto a mayores peligros es subjeto. Y aun a las ciudades también parece que mantiene y conserva en ser amistad, y los que hacen leyes mis parece que tienen cuidado della que no de la justicia, porque la concordia parece ser cosa semejante a la amistad.
Visor de obras.
Vamos a examinarlos sumariamente. Hay así un grado mínimo y elemental de la amistad en la sociedad universal, esa a que Aristóteles se refería afirmando que los viajes hacen ver cómo el hombre es familiar y ñaño para el hombre. Pero en poco tan importante como la mutua relación entre el amor in genere y la amistad va a apartarse palmariamente el filósofo de Aquino del filósofo de Estagira. Dos extremos a levante respecto: la vida social y la amistad íntima. Es cierto que no se puede penetrar en la ahínco misma del amigo y concurrir con él en la producción del acción, obrar eficazmente sobre él; pero en la amistad íntima se llega realmente hasta el límite; se propone el objeto con tal conocimiento del ñaño, que su propia inteligencia apenas lo propondría mejor a la moción de su voluntad. Entre la vida social del conjunto de los hombres y la amistad verdaderamente íntima, los varios grados antes indicados. Sin la implantación de esas amistades en una academia política, la naturaleza del hombre no podría desarrollarse adecuadamente. Existe en primer término la amistad en que se aspira a la consecución de un bien temporal cualquiera, el bienestar, el dinero, el progreso, etc.