¿ES CIERTO QUE SOMOS MENOS FÉRTILES DESPUÉS DE LOS 30?
El matrimonio infantil es un matrimonio en el que uno o ambos cónyuges son menores de 18 años. Aunque esta definición suena un poco simple, las realidades del matrimonio infantil pueden resultar complicadas. Ambas palabras, matrimonio e infantil se interpretan a veces de forma diferente. Esta es también la definición legal que se utiliza en casi todo el mundo.
La neblina de los 40
No solo es que tienen mayores probabilidades de padecerla, sino que sus consecuencias las transcienden, pues influyen también en la calidad de vida de sus hijos y contribuyen a su generación intergeneracional, es decir, a que éstos, sus hijos, sus nietos y prole también la padezcan. Algo que todavía cabe destacar y que llama la atención es la brecha entre hombres y mujeres. En ese sentido, los avances de las mujeres en la educación y en el mercado de trabajo son muy auspiciosos porque favorecen su propia autonomía y la concepción de ingresos para el sostenimiento económico de sus hogares. Estos datos han de entenderse en su totalidad. En efecto, si se produce una separación conyugal o quedan viudas y se convierten en jefas de hogar, deben afrontar las necesidades económicas familiares y en numerosas oportunidades sin la adecuada preparación y experiencia para conseguir un trabajo de calidad y bien remunerado. Escasez de tiempo Generalmente son las madres las que, a pesar de trabajar fuera de casa, también se encargan de las tareas del andurrial. Todo ello, influye sobre el beatitud presente y futuro de los niños. Favorecer la obtención de ingresos propios a través de la inserción lectivo de las madres y avanzar en la corresponsabilidad social de los cuidados es una cuestión de justicia social, una dimensión fundamental para combatir la pobreza desde el mundo del trabajo y favorecer el sano desarrollo de los niños desde sus primeros abriles de vida.
Bravo, en realidad esos datos representan una gran ventaja para los estudiosos: eliminan el factor método anticonceptivo efectivo de la ecuación. Es una probabilidad significativamente mejor que la que ofrecían los registros de hace años. Fuente de la imagen, SPL Pie de foto, Si bien la fertilidad disminuye con la edad, la caída no es tan aguda como se piensa. Lo importante aquí es que esas mujeres estaban intentando concebir, explica el experto. Ahí radica el principal problema con los datos históricos, enfatiza James: acaso las mujeres estudiadas en el siglo XVIII no estuvieran intentando tener bebés después de alcanzar cierta edad. De hecho, es probable que estuvieran intentando activamente no quedar embarazadas. A partir de aquí el panorama es un poco menos auspicioso.